Las
constantes noticias referente a la diferencia salarial entre hombres
y mujeres, un 16% de media europea, nos tiene que llevar a observar
otras diferencia que damos por normales en nuestra vida cotidiana. La
discriminación la podemos observar en todos los tramos de edad, si
son mujeres jóvenes, en el momento de la selección, porque tal vez
en un futuro decidan tener hijos, o tal vez ya tengan algún hijo
pequeño, tema que se da por supuesto que implicará ausencias en
horarios de trabajo; si es una mujer ya adulta que ya tiene sus hijos
crecidos, la discriminación será porque ya no luzca joven y
atractiva (a ojos de los seleccionadores) o porque tal vez tenga
cargas de mayores en su familia....
Estos
condicionantes que suceden a diario en los procesos de selección no
se ven de igual manera cuando el candidato es un hombre, si es un
hombre joven, se da por supuesto que pronto querrá formar una
familia, por tanto al tener más responsabilidades será más estable
en el trabajo y se implicará más para conservarlo; si es un hombre
ya adulto, como sus hijos están en edad universitaria, o a punto de
entrar en ella, el hecho de querer asegurarse un sueldo estable en
este periodo hará que se impliquen y estén más motivados en el
puesto.
Este
razonamiento totalmente arbitrario y sin ninguna base científica se
da a diario en las empresas en el momento de decidir por cual
candidato se opta en un proceso de selección. Esto ocurre, primero
por la falta de preparación y empatía de las personas que toman las
decisiones finales; pero lo más triste es que estas personas se
sienten reforzadas por sus entornos; si alguien se atreve a hacer
algún comentario al respeto acaba siendo discriminado dentro del
equipo por tener ideas demasiado feministas.
Aunque
hoy en día esta mal visto hacer según que comentarios
discriminatorios o en el momento de la entrevista; no deja de ser un
hecho que se hacen estos comentarios y se toman las decisiones en
base a estas ideas.
Llevamos
años trabajando para eliminar la discriminación y las diferencias
entre sexos en los puestos de trabajo, sin embargo sigue faltando
mucha pedagogía y las primeras que tienen que creer en este proceso
son las mujeres, ya que por educación, por temor a perder sus
posiciones, muchas veces son las ejecutoras de estas prácticas en
cumplimento de la política no escrita de la empresa; porque si que
hay un tramo donde son mayoría las mujeres, y es en mandos
intermedios; primero porque hay muchas trabas por ascender y mucha se
quedan estancadas en este punto; y segundo porque para algunos cargos
directivos creen que les da cache el tener a mandos intermedios
mujeres y una imagen de moderno e integrador.

Respetar
las capacidades de l@s canidadat@s en el momento de la selección, y
que no influyan situaciones totalmente circunstanciales a estas
capacidades (edad, sexo, color...); y a la vez respetar los convenios
colectivos, eliminando de una vez las viejas prácticas de poner una
categoría superior al hombre, haciendo el mismo trabajo que la
mujer, como premio por se hombre y porque «tal vez algunos días se
tengan que quedar horas», algo que ocurre con más frecuencia de la
que creemos.
La
salud de la sociedad depende de la salud laboral de todos sus
miembros.
Comentaris